marzo 22, 2012

Dos Cucharadas


Alina se sentó en la pequeña mesa del comedor que tenía un florerito con dos tulipanes y nada más. Él ya estaba ahí frente a ella, mirándola desconcertado. Alina se sintió rara, hacía mucho tiempo que no se veían así, directamente, sentados uno frente al otro, en silencio.

Ella quería aquella reunión. Tenía que verlo y hablarle, y contarle todas aquellas cosas que le habían sucedido y ahora, no podía dirigirle la palabra. Lo observó y se dio cuenta de que era más pequeño que la última vez y además, ahora tenía una cicatriz nueva justo en el centro. Le dio pena ver aquella gran marca. Pensó que para romper el hielo podía ofrecerle un café, así que se levantó al tiempo que le preguntaba si él quería un poco, pero no halló respuesta. Él siguió en silencio sin quitarle la mirada de encima.

Al entrar en la cocina para preparar el café comenzó a repasar la historia, todo lo que quería decirle y pensó en contarle todo sobre David, pero al mirar hacia el comedor, desde la ventanilla de la puerta, se dio cuenta de que eso ya no tenía caso, él lo sabía todo.  Ella se volvió, se sirvió el café, tomó el azúcar y le puso dos cucharadas, quizá iba a necesitar otra para que el café no fuera más amargo que la reunión. Respiró profundo, aclaró su mente y abrió la puerta totalmente decidida a tener aquella charla con su corazón.
Valeria ML

2 comentarios:

  1. me gusto el desarrollo para ese final.
    pulgar arriba! me gusto!
    -pato-

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  2. También este merece su ilustración :D

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