La Fiesta

- Estuvo bien ¿no?, los muchachos se esmeraron en la fiesta.

- Creo que ya lo tenían planeado, desde el día que fueron al médico la última vez.

- Si pues, era de esperarse, con ese diagnóstico que les dieron. Pero la verdad estuvo todo muy bien, bailamos mucho y yo me divertí, los de la banda son muy buenos.

- ¡Sí! Fíjate que esos muchachos ya tocan mejor que antes, además me gustó que cantaran de todo. Dice Raulito que son los de los sábados en la noche, allá donde ellos iban.

- Si, estuvo perfecto.

- Y ¿viste a la viuda? se veía muy guapa y estaba muy contenta.

- Pues no era para menos.

- Si, tienes razón, ¿te acuerdas de su boda? Ese día estaba destrozada la pobre, todos lloramos mucho. Pero el vestido ese que llevaba se le veía espectacular, el negro ese con el holán.

- ¡A mujer de lo que te acuerdas! ¡el vestido!

- ¡Pues como no me voy a acordar! Su boda vino a arruinar el funeral de mi abuelo, tan bonita fiesta que le hicimos y a los dos días su boda, toda triste y lúgubre. Qué deprimente.

- Ah, claro… si, el funeral de tu abuelo estuvo muy bueno, nos quedó de lujo, y me acuerdo de la borrachera  que me puse con tu primo Julián…ah! Como me divertí ese día.

- Si, yo también, lo que más me gustó fue cuando todos le cantamos ahí al ladito de su tumba. Lástima que a Pedro lo incineraron, hubiera estado mejor la fiesta de cuerpo presente.

- ¿Sabes qué? Yo creo que ya debo ir pensando en mi propio funeral.

- ¿Por qué dices eso?

- ¡Porque quiero lucirme! Y como para esa fiesta no se puede saber la fecha, mejor nos vamos preparando, como le hizo la familia de Pedro. Total, era mi mejor amigo y ya se murió, a la mejor yo tampoco duro mucho.

- Pues tienes razón, vamos planeando todo para que quede como debe ser. Ahora que vengan los muchachos a comer el domingo les decimos.

Valeria ML.