Ayer se descubrió sin nombre, sin historia, sin él. Se sintió libre, transparente con la capacida de volar alto, léjos.
Él le habló pero no escuchó. Gritó su nombre aunque ya no le pertenecía. Él intentó de nuevo pero ella no contestó, no por maldad, ya no tenía nada que decir.
Ya no es la misma, ahora es translúcida, ligera, tranquila.
Valeria ML
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