Proverbio africano.
Nunca he querido ser otra
cosa más que la luna, y es que ella puede tener tantas formas y nunca pierde su
esencia, pasa desapercibida, casi invisible algunas veces y otras, provoca la
mirada de todos.
Quisiera ser testigo de las
historias nocturnas, las de los amantes, los ladrones y las brujas; las de los
desesperados y los desamparados que le cuentan
sus secretos, para guardarlos a salvo en el lado oscuro.
Sería la luna, la que
inspira a los poetas, la que protege al conejo, la que no da otra cara más que la
que tiene, recorriendo el mundo despacio, evitando el día y sus verdades.
Valeria
ML
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